Primeros dueños : los indios !

A principios del 1800, la población bonaerense se hallaba al norte del río Salado. Hacia el Sur, del otro lado del Salado, donde se encuentra hoy «La Dulce», era el llamado “desierto”, la tierra inhóspita, de los indios nómadas…

Según un escritor inglés que se había aventurado de este lado de la “frontera”, “había cardos altísimos que no dejaban ver el horizonte y eran barrera impenetrable. En verano se secaban completamente y reverdecía el trébol y el terreno se volvía propicio para los malones de los indios. La hacienda vacuna y yeguariza pastaba en libertad y su número aumentaba en época de sequía, por tener la zona muchos arroyos, cañadones y lagunas«.

Si bien esta zona no era asiento fijo de ninguna tribu en especial, los indios disputaban el ganado cimarrón y maloneaban las poblaciones… 

 

Familia Sosa (1826 – 1918)

Sucesivamente los colonos intentaron correr esa línea de frontera y ganar tierras al “desierto” y al indio…  Los primeros pobladores tenían audacia, coraje, el trabuco naranjero, el fusil de chispa y la lanza” cuenta el historiador Manuel Ibáñez Frocham (1871 -1927).

Según el registro oficial de 1865, los señores José Benito Sosa y José Roque Pérez eran los únicos propietarios al norte del partido de Roque Pérez (entonces tierras del partido de Saladillo). Igualmente, según el historiador Alberto Benitez, José Benito Sosa ya estaba afincado probablemente desde 1826 sobre el arroyo Saladillo. 

El campo de Sosa comprendía desde la actual ruta 205 hasta los campos de Keen donde hoy está emplazado el pueblo «Ernestina». 

En 1888Juan Benito Sosa peticiona a la municipalidad de Saladillo alambrar un campo en nombre de su hermana Eloisa. Al campo se le dió el nombre de «La Dulce» por dos lagunas que se llamaban así en la zona.

Este sería entonces el año de «nacimiento» de La Dulce !

Familia Blaquier  (1918 – 1959)

A principios del siglo XX, José María Blaquier Oromí (1863-1938), compra el campo a Juan Benito Sosa.

Unos años antes, su hermano mayor, Carlos María Lucio Blaquier Oromí (1860-1934), había fundado muy cerca de allí (6 kms) la muy conocida estancia “La Biznaga”. 
José María y Carlos María eran dos de los 14 hijos de Juan Vicente Lázaro Blaquier Sagastizábal (1826-1896) y Agustina Oromí Escalada, dueños de la famosa estancia “La Concepción” situada justo del otro lado del río Salado, en el partido de Lobos, a unos 27 kms de la ciudad. 

Al poco tiempo de haber adquirido las tierras, José María Blaquier Oromí hace construir el casco actual (1919) y sus dependencias, en la parte más alta del campo.
Diseña un gran parque con variedad de árboles, lo adorna con estatuas, fuentes y pérgolas y arma grandes bulevares de plátanos
Hace también construir una cancha de tenis y una gran pileta de hormigón, hecho poco usual para la época en la pampa de los años 20.  

Casado con Maria Paulina de Urquiza Illia (1872 – 1958), tienen 6 hijos, 3 varones y 3 mujeres.

Con sus 6.000 hectáreas, «La Dulce» explota mayormente la ganadería, tradicional actividad que hace la riqueza de todas las grandes estancias de la Pampa. Es la «belle époque» argentina !
Sin embargo, como no viven permanentemente allí, ni manejan directamente el campo, a finales de los años 30 al fallecer don José María, la viuda y sus hijos venden 3.000 has y ponen progresivamente el resto de sus tierras en arrendamiento.
Unos años después, a fines de los 40, la reforma agraria instaurada por el general Perón («
la tierra a los que la trabajan«) obliga a numerosos propietarios a vender los campos en alquiler a los inquilinos – chacareros, con plazos y condiciones financieras muy favorables para estos últimos. Es el caso de La Dulce : la familia se queda entonces a los pocos años únicamente con el casco, sus anexos, el parque que lo rodea (unas 20 hectáreas) y algunos potreros. Ya no es una unidad económica rentable…
Finalmente, a finales de los años 50, al fallecer doña Maria Paulina, los hijos Blaquier-Urquiza ponen la propiedad a la venta, «a tranquera cerrada».

 

Algunas fotos de la época de la familia Blaquier Urquiza en La Dulce…